la mejor experiencia en el casco viejo, sin duda

ubicación excelente, habitaciones renovadas

cama incómoda

Cama cómoda y buena ubicación para explorar Bilbao.

La experiencia fue terrible. La pensión olía muy mal y las habitaciones estaban en mal estado. Además, solo hay dos baños para muchas habitaciones, lo que hizo muy incómoda nuestra estancia. La atención del personal fue deficiente y no parecía interesada en resolver nuestros problemas.

La pensión está en el cuarto piso sin ascensor, así que asegúrate de llevar una mochila ligera para facilitar el trayecto.

La habitación tenía una cama cómoda y la limpieza fue adecuada, lo que hizo que nuestra estancia fuera agradable. Sin embargo, estar en un cuarto piso sin ascensor puede ser complicado para algunas personas. La atención de la propietaria fue simpática y nos orientó bien sobre la zona, aunque el ruido nocturno fue un inconveniente.

La habitación tenía suelo de parqué y ofrecía una bonita vista de la ciudad. El acceso a Wi-Fi gratuito era un gran plus. Además, la opción de contar con dos baños compartidos para varias habitaciones ayudó a evitar aglomeraciones en los momentos críticos.

El cuarto piso sin ascensor puede ser un inconveniente.

La pensión Manoli es un lugar que pretende engañarte con su ubicación, pero la verdad es que el olor a desagüe y la cama pequeña hacen que te sientas como en una pesadilla. Además, esperaba un gesto especial por parte del personal, ¡pero qué sorpresa! No hubo ni un miserable upgrade.

Encantador lugar para disfrutar de la vibrante atmósfera bilbaína, con fácil acceso a múltiples bares de pintxos y lugares históricos, ideal para relajarse tras un día de exploración.

había un olor a pintura en la habitación. pero la ubicación es excelente, cerca de bares y restaurantes, además la habitación era luminosa. y la limpieza estaba muy cuidada.

volvería encantado

La habitación era bastante amplia y tenía todo lo necesario. La cama era cómoda y la limpieza era impecable. El baño compartido estaba siempre limpio, y contaba con secador de pelo. Además, tienen dos baños para evitar aglomeraciones. La dueña fue muy amable y se ofreció a ayudarnos con mapas de la zona. Eso sí, el lugar queda en un cuarto piso sin ascensor, y a veces se siente el ruido de la calle.

El lugar tiene una ubicación excelente, cerca de muchos bares. La habitación era muy luminosa y cómoda. La limpieza fue higiene óptima. El ambiente es relajante y acogedor.

Super recomendado for un corto viaje de fin de semana

Habitaciones amplias, ubicación céntrica, y un ambiente limpio hacen de este lugar una excelente opción para descansar después de explorar la ciudad, además de que está a solo 200 metros del Casco Viejo.

No tengo ninguna queja.

Pasé una noche en un lugar céntrico, lo que resultó ideal para explorar la zona. La habitación ofrecía una cama cómoda y tenía acceso a baños compartidos, que estaban bastante limpios. Todo fue sencillo y la comunicación con el personal fue buena. Me gustó la ambientación del lugar y la cercanía a sitios históricos. Definitivamente consideraré volver en otra ocasión.

Ideal para quien busque comodidad

La ubicación es perfecta, estás en el centro de la acción, realmente el casco viejo tiene vida, la chica que nos atendió fue increíble, te da toda la info y parece que le apasiona su trabajo. Las habitaciones son algo pequeñas, pero cómodas, y el baño estaba bien cuidado, no te reprocharán por querer quedarte más tiempo.

No era barato, pero bueno. vale la pena.

La habitación era luminosa y cómoda, con limpieza adecuada. Pero no hay ascensor y eso complica bastante las cosas. Es un lugar ideal para disfrutar de la zona, cerca de muchos bares y restaurantes. El ruido por la noche puede ser molesto, ya que está en una zona muy concurrida.

La ubicación es bastante conveniente, ya que está en el casco viejo, permitiendo un fácil acceso a muchas atracciones locales. Las habitaciones, aunque algo pequeñas, ofrecen lo justo para pasar la noche en un ambiente donde se respira la historia de la ciudad.

Desde el momento en que llegas, la experiencia puede dejar mucho que desear, el ascenso a pie por cuatro pisos resulta un desafío, especialmente con maletas. Los muebles son de la década de los sesenta, y el olor en el lugar es persistentemente desagradable. Las paredes sufren de humedades y el acceso a los baños compartidos es limitado, con solo dos para diez habitaciones, lo que puede generar una incomodidad notable. Además, las cortinas no cumplen del todo su función de bloquear la luz. Una noche aquí y ya estarás deseando salir.